Amnistía Internacional Venezuela, en conjunto con Acción Solidaria y otras organizaciones de la sociedad civil, propusieron soluciones a la emergencia humanitaria que se vive en el país debido a factores identificados en un primer encuentro, tales como la disminución de la calidad de vida, la caída del poder adquisitivo, y la escasez de alimentos y medicinas, entre otros.
El activista y defensor de los derechos humanos, Feliciano Reyna, explicó al inicio “la actual emergencia humanitaria que sufre Venezuela tiene múltiples causas”, pero que entre todas ellas destacan “la militarización de los procesos de compra, almacenamiento y distribución de medicinas e insumos; la ineficacia en la distribución debido a los desvíos relacionados con la corrupción; la falta de estadísticas por parte de las autoridades, que impide la elaboración y ejecución de planes eficaces en materia sanitaria; y el debilitamiento de todas las instituciones, incluido el Poder Judicial”.
“El personal de salud está sometido a vigilancia permanente y a represalias si informa sobre lo que está sucediendo en los servicios”, manifestó el ganador del premio ‘Llama de la Esperanza’, quien aclaró sin embargo que la dramática situación “a fin de cuentas siempre termina siendo del conocimiento público”, como es el caso de algunos datos que detalló: “Hay un 66% de incremento de muertes maternas, y un 30% de incremento de muertes en niños menores de un año, los cuales ya son motivos de alarma. Venezuela, aun siendo un país petrolero, retrocedió décadas. No hay excusas para eso”.
Se refirió al caso de la paciente renal Belkis Solorzano, que se hizo viral en las redes sociales luego de que diera su testimonio mediante un video, horas antes de su muerte por falta de inmunosupresores, y denunció que existen personas con hemofilia que reciben apenas tres de las 24 dosis que necesitan diariamente.
“Unas 3.550 personas trasplantadas, unas 77.000 personas con VIH-Sida, unas 4.990 con hemofilia, y diversas personas con esclerosis múltiple, párkinson o krohn están sin medicinas total o parcialmente. Los tribunales nacionales no pueden resolver que es responsabilidad de las familias conseguir las medicinas, con los actuales índices de pobreza. El Estado está en la obligación de movilizar los recursos disponibles de la cooperación internacional, para mitigar los efectos de la falta de medicinas y alimentos”, declaró.
Malas políticas
Para el miembro del Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), Jorge Díaz Polanco, “la pobre inversión” en el sector salud se debe a “la descoordinación de las iniciativas de las autoridades” en esta materia.
“En Venezuela no tenemos un sistema de salud, sino una serie de establecimientos que brindan una atención médica no coordinada. Un sistema de salud debe trabajar articuladamente para atender las necesidades de la población”, puntualizó el experto, quien además hizo énfasis en que, en contraste con el discurso oficial, “se acentuó la desinstitucionalización y la privatización del sector salud”, pues recordó que “casi el 70% de lo gastado en servicios de salud, sale del bolsillo de los usuarios”.
Denunció que “la tuberculosis ha aumentado significativamente”, y trajo a colación que “no se publican cifras oficiales desde 2014”. A ello sumó los “factores de hacinamiento y pobreza extrema, y la abrupta caída en la importación de productos farmacéuticos”, lo cual a su juicio explica los actuales niveles de escasez. “Casi el 80% de los servicios de emergencia en hospitales se encuentran paralizados”, condenó.
La descentralización es una estrategia, las personas son las que resuelven los problemas”, agregó, al tiempo que advirtió que la emergencia humanitaria en Venezuela “está teniendo repercusiones” a nivel internacional. “El repunte de la malaria es la evidencia del retroceso de la salud en Venezuela y ya comienza a ser un problema de preocupación internacional”, pues empezó a afectar a los países fronterizos, Colombia y Brasil.
[adrotate banner=”19″]
