El brutal crimen de unos reporteros en cautiverio destapó una verdad incómoda que ya advertían analistas: entre Ecuador y Colombia opera una frontera del crimen donde el poder del narcotráfico desafía a dos Estados.
Sin haber recuperado los tres cuerpos de los integrantes del equipo de prensa ecuatoriano que estaban en poder de guerrilleros disidentes de las FARC desde el 26 de marzo, los dos gobiernos ahora buscan dar un golpe contundente que reivindique su autoridad en la zona limítrofe donde ocurrió todo.
– Crimen transnacional –
Ecuador creía que podía mantenerse a salvo pese a estar conectado por una frontera de selva y ríos de más de 700 km, que discurre por zonas empobrecidas.
El histórico abandono y falta de control oficial por los dos lados y las numerosas trochas ilegales permitieron la operación de bandas que viven del tráfico de drogas, armas y combustible, así como de la minería y la tala ilegales.