La esposa de Iván Simonovis, Bony de Simonovis conversó con el periodista Isnardo Bravo en el programa Isnardo 20/20 acerca de la situación que le ha tocado vivir y todo lo que ha hecho para defender los derechos de su familia.
“No me arrepiento de votar, siempre ejercí mi derecho ciudadano desde los 18 años. Después de la prisión de Iván en el 2005 cuando pasó una situación parecida, Iván era candidato a diputado, vino la abstención, lo dejaron sólo, pasaron cinco años y mucha de la gente que invitó al abstencionismo logró curules a través del voto”, comentó.
“Jesús Silva estuvo muy pendiente por las redes del caso de Iván, me solicitó una entrevista y se la concedí. No perdono a Luisa Ortega Díaz porque siento que una parte de los venezolanos tiene memoria corta, sin argumentos y el debido proceso detuvieron ilegalmente a mi esposo”, dijo.
“Que me criticaran tanto por apoyar a Henri Falcón es un reflejo de lo intolerantes que nos convertimos y es frustrante porque no aprendimos la lección. No siento que me afectó tanto la diáspora de mis hijos, después Iván regresó a la casa pero no estaban mis hijos, es muy duro para ellos también”, agregó.
“No he estado en ninguna negociación. En mi centro de votación me quedé hasta el final defendiendo mi voto, antes de criticar y quedarte detrás de un teclado es mejor aportar en soluciones. Con el Comisario Forero siempre estamos en contacto, el Comisario Vivas tiene una vida más privada y tengo menos contacto”, aseguró.
“Iván sigue padeciendo las mismas patologías porque se le causó un daño irreversible, en nueve años de prisión sólo vio 13 días de luz solar, su osteoporósis al menos desde la casa podemos darle las medicinas porque en la cárcel no siempre se permitía eso”, acotó.
“Mi matrimonio ha pasado por muchas etapas, cuando Iván estuvo en la cárcel fue como regresar a la etapa de novio porque no podíamos tener la cotidianidad de la pareja y en forma positiva fue una evolución en la relación pero no algo negativo sino algo distinto”, añadió.
“La oposición son distintos factores, en momentos graves nos unificamos y logramos objetivos importantes. Lo peor es esa muestra de falta de tolerancia e irrespeto, pero no lo vería como lo peor porque lo peor es este gobierno y el de Chávez, ese si es el verdadero enemigo, no nuestra propia oposición”, aclaró.
“Lo primero que Iván quiso cuando llegó a la casa fue tener un desayuno con la familia, es apreciar los pequeños detalles que al final hacen grande la vida del ser humano, cosas que quizás si no estás preso, no lo valoras. En la casa lo primero que hacía era servirse hielo y agua limpia”, repasó.
“A Socorro Hernández la conozco desde hace mucho antes de que fuera rectora del CNE, aunque no puedo decir que es mi vecina, pero ella estaba siendo víctima de abusos ante lo cual no puedo quedarme callada, lo único que hice fue sentarme a hablar con ella y al día siguiente ya estaba imputada por delitos de odio”.
“Puedo irme de Venezuela desde hace mucho tiempo, tengo doble nacionalidad y siempre he estado aquí, la oportunidad que tuvieron mis hijos es muy valiosa en estos momentos pero yo ya tengo mi arraigo aquí y no me iría de Venezuela”.
“Quizás si hubiese podido cambiar algo sería insistirle más a Iván de que no aceptara el cargo de Secretario de Seguridad Ciudadana, nunca estuve de acuerdo, nunca creí en Alfredo Peña y realmente mi esposo fue un gran funcionario policial que tiene todavía mucho que darle al país”, cerró Pertiñez.
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